domingo, 5 de mayo de 2013

No quiero darle mas vueltas, porque siempre sale cruz.

Éramos distintos imposibles, con un futuro menos claro. Tu también lo prometiste, fuimos dos equivocados. Y ahora este sitio está lleno de abrazos vacíos, de hielo en los ojos, de besos sin amor, de ilusión sin sueños, de miedo a encontrarse, de ganas de odiarse...Y es que el miedo nos consigue, se hace grande en nuestras manos y el recuerdo nos persigue, fuimos dos equivocados. No quiero escucharte, prefiero que pase, que caigamos otra vez, no insistas, esta vez prefiero encontrarte.
Y aunque todo se nos fue, aunque todo este perdido, aunque ahora seamos como extraños, yo jamás te olvidaré, eso tenlo claro. 
Ahora son excusas para no quedarnos, pero aú nos queda lo vivido y ese último adiós. No quiero averiguar el "como" ni el "que" ni tan si quiera el "por que pasó". Sin embargo aún pienso en mil maneras que utilizaría para retenerte otro instante mas. Pero tu te has marchado, te has ido y yo me cansaré de esperarte, pero lo que dejaste sigue ahí. Andaré cerca por si vuelves, por si vuelves junto a mi. Decir con miradas lo que con la voz no puedo, decir con silencios lo que callando no entiendo. Haré que el frío nunca encuentre tus abrazos Y si no recuerdas ese último abrazo, te dejo ese último beso que aún guardo en el cajón.  
Ahora mismo me arrepiento tanto de aquella primera vez, no la primera que te besé, si no la primera que te dije que no, la primera vez que me equivoqué, que no hice caso a lo que quería, la primera vez que la confusión ganó la partida. Si de aquella. Ahora es al revés, supongo que me lo merezco, supongo que te hice daño, te hice ilusiones, pero tu has sabido olvidar, yo no. No olvido cada palabra que me dijiste, cada palabra que te dije yo. Pero tampoco olvido como me usaste después; no, eso tampoco. El problema de decir "usaste", es que la idiota soy yo, tu solo me besaste, pero fui yo la imbécil que siguió con el juego. La que cayó otra vez después de haber dicho ya, "no, esta es la última", la que se dejo llevar, la que decidió arriesgarlo todo y, como no, la que salió perdiendo.
Lo siento, pero no soy capaz de olvidar; y por mucho que haya intentado pasar pagina, cambiar de libro, no me resisto a leerlo otra vez. Quizás sea porque me gustó la historia, porque pese a todo aún sabes hacerme sonreír  porque leerla significa leerte, y es lo único que me queda de ti. Las ruinas de una historia.